MADRID. Continuando su viaje de despedida como presidente, George W. Bush llegó a Roma entre fuertes medidas de seguridad y protestas contra la política de Irak.
La llegada del presidente estadounidense ha provocado el despliege de 10.000 soldados y policías en Roma. Del mismo modo el espacio aéreo sobre la capital italiana ha sido reducida y el tráfico desviado parcialmente.
Bush estará en Italia dos días donde se reunirá con el presidente italiano, Giorgio Napolitano y el primer ministro Silvio Berlusconni para hablar sobre Irán y su polémico programa nuclear, además de los conflictos de Irak y Afganistán.
Como ya es normal en sus visitas cientos de personas se congregaron en la Piazza Barberini, cercana a la embajada de Estados Unidos, para protestar por la situación actual de Irak.
Según el canciller italiano, Franco Frattini, Estados Unidos sigue siendo el principal aliado de Italia. Y no se puede olvidar que Berlusconni apoyó la Guerra de Irak.
El presidente estadounidense ha visitado Eslovenia, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
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